EXPATRI-ARTE

PATRIA, de Fernando Aramburu es uno de los últimos libros que he leido.
Francamente bueno y recomedable, con numerosos ejemplos humanos e inhumanos descritos de una manera impecable. Aborda un tema central: La lucha armada de ETA y muchos otros paralelos: Magistral la descripción de la grieta social producida en el País Vasco, el tratamiento del otro cuando se le cataloga de contrario, verdades absolutas sin matices, estar conmigo o contra mi, el amor y el odio. No pretende ser conciliador con la historia, ni dar consuelo o explicación, simplemente se limita a situarnos ante unos personajes, dos familias unidas por una amistad, de ideologías contrapuestas, cuyos personajes narran de forma excepcional su día a día, sus miserias y sus flaquezas, sin entrar en juicios. Un espejo ante el que mirarnos y valorar cuestiones como los silencios, la cobardía, el qué dirán, las ideologías, la sinrazón, todo aquello que termina destruyendo relaciones y vidas. La errática búsqueda del perdón es otro de los temas centrales. El mejor camino para el perdón universal es argumentar que todos tenemos culpa por lo que nadie es culpable, olvidando que el universo, el mundo no tiene problemas, lo tenemos las personas. Aparecen personajes prototipo: El manso, sensible, que manifiesta de forma líquida sus emociones saliendo incontrolables por el lagrimal en ciertas ocasiones. El temperamental extrovertido, practico, egoista, ansioso de resultados, con poco cerebro y mucha testosterona. Amplia gama de persoanjes en la que es fácil confundir ovillos y madejas, galgos y podencos, con esos amigos que ante una situación complicada escapan hacia, miran para, se esconden de. La sociedad cerrada se enfrenta a otra más abierta., la lucha armada y los encarcelados a las víctimas, los buenos a los malos.Una sociedad patriarcal que en el pequeño círculo familiar  son las etxekoandreak, amas de casa, quienes hacen y deshacen, quienes procuran guardar los valores de la unidad familiar, dos mater familia que llevan el peso de la narración, dos madres simbolos del matriarcado vasco. Atentados, extorsiones, soledad, bullying, resistencia, kale borroca y torturas, dispersión de presos, sufrimiento, dolor, dolor, dolor...
 Juega con un estilo donde lleva al lector a constantes saltos en el tiempo haciendo que el relato sea ágil y cercano al gran público: capítulos breves que adoptan la unidad como si de un cuento se tratara en los que  el hilo conductor son las emociones no el tiempo. No sabemos quien cuenta la historia en primera persona con frases cortas, casi telegráficas a veces. Combina diálogos muy expresivos, coloquiales, en los que aparece el castellano hablado en la zona "vasquismos", con los verbos en condicional, que sustituye al pretérito imperfecto de subjuntivo "si tendría", combinado con palabras en euskera, pocas para ser familias vasco parlantes ¿no?, con los pensamientos más elaborados donde muestra un estilo más formal y depurado. Una obra en definitiva que explica algo del mundo que nos ha tocado vivir, a muchos desde el sofá, en la pantalla del televisor, a otros en primera persona, o que simplemente nos hemos encontrado hoy.
Aspasia fue una emigrante en Atenas, su nombre significa la bella bienvenida. Llegó desde Mileto, de las costas de Asia Menor, pero con pelas en el bolsillo así que no fue una mujer al uso del momento practicamente recluida en su casa, más bien fue una mujer liberal, culta y sobre todo la conocemos porque fue la profe de retórica de Pericles y por tanto la responsable de muchos de sus discursos. Una profesora de oratoria convencida del poder de la palabra en cualquier ámbito de la vida. Hizo su fortuna en Mileto dirigiendo el burdel más famoso de la época, con 20 añitos ya se había forrado (siempre ha habido emprendedores) así que se fue a Atenas donde cambió de oficio y fundó una escuela de filosofía y declamación para jóvenes.Tuvo la suerte de nacer en Jonia, región en la que, en aquel momento, niños y niñas se educaban en igualdad de condiciones. La relación con Pericles llegó un poco más allá. Tuvieron un hijo, quién, curiosamente, consiguió tener la ciudadanía ateniense gracias a los méritos del padre, de otra forma no lo hubiera sido al ser su madre extranjera ya que existía una ley, dictada por el propio Pericles, que prohibía la ciudadanía a los extranjeros y sus descendientes. Curiosos avatares de la vida. La ley dictada por él mismo se volvía en su contra. No fue la única. Presionado por la aristocracia prohibió el matrimonio entre personas de distinta clase social, camino que tuvo que desandar también en carnes propias para casarse con Aspasia posteriormente.
Su condición de Hetaria, ταίρα, o cortesana, su elegancia, belleza, educación y su especial dotación para la retórica le llevaron a relacionarse con los personajes más importantes de la Grecia Clásica. Esa misma condición le daba un aspecto muy diferente al de las mujeres atenienses: vivía libremente, podía compartir muchas inquietudes políticas y culturales con los hombres No solo estuvo al lado de Pericles, también de Sócrates o de Fidias. Fue la creadora de una tertulia a la que acudían los principales artistas y pensadores y de la que se escribieron cosas como "no podríamos elegir mejor modelo de sabiduría que Aspasia la milesia". Como todas las grandes personas también tuvo sus detractores, entre los que se encontraba Aristófanes, tachándola de mujer libre e independiente y ridiculizándola probablemente por el poder que tenía. Se la acusó de uno de los delitos más graves del momento: el de haber ofendido a los dioses, pudiendo haber sido castigada hasta con la muerte, como le sucedió a Sócrates más tarde. Conocío a Pericles siendo lider del partido democrático, 20 años mayor que ella, máxima autoridad en Atenas y con el pequeño inconveniente de estar ya casado, pero lo arregló divorciándose y casandose con la mujer de la la que se enamoró  perdidamente. No era cosa fácil puesto que los atenienses tenían prohibido casarse con mujeres extranjeras, pero  no paró hasta  que ella pasó a ser la Primera Dama de Atenas, con papeles o sin papeles, ¿qué más da?.  Se adaptó perfectamente al círculo de amigos de Pericles en todos los aspectos. Tampoco se le daba mal organizar fiestas que duraban varios días y a las que acudían lo más granado de la aristocracia ateniense, dicen que en una de ellas había una fuente con seis caños y de cada uno brotaba un vino diferente. Cuando Pericles murió se casó con un rico comerciante  al mes siguiente, para celebrar que ella había sobrevivido a la peste que se llevó por delente a Pericles y los hijos de su anterior matrimonio seguramente. pero a cada uno lo suyo, Aspasia fue importante en la vida de Pericles, pero Pericles lo fue en la vida de Atenas, su pérdida fue un desastre para la ciudad.
 La influencia de la hetaria a partir de ese momento se fue perdiendo en la estela del tiempo. Una mujer que  vivió los mismos intereses que un hombre en un momento de la historia donde era poco probable que así sucediera. Una mujer que  hizo realidad su sueño: ser libre e independiente. Un sueño que vino de la mano de Sofrón, arconte griego (algo así como un gobernador de Atenas) quién la habló de  la ciudad más adelantada y moderna de su tiempo  donde una  hetaria podía vivir  con libertad y allá que se fue. Una mujer clave en la Atenas de Pericles, en la formación de la democracia y uno de los primeros casos, de los que tengamos constancia,  en la emancipación de la mujer, animando a estas a mostrar sin miedo sus mejores cualidades, sin complejo de inferioridad. Supo adaptarse a las circustancias de cada momento durante su longeva vida, unos 70 años, eso que ahora llaman "resilencia", como si fuera el gran hallazgo del siglo XXI ya lo hizo Aspasia magníficamente allá por el 450 a.C. Nos falta cultura, conocimiento identidad y por eso volvemos a renombrar lo que ya estaba nombrado. Hace falta pararse un poco para conocer y para relexionar. Lo mejor de uno mismo, eso que proponía Aspasia que sacásemos de dentro se consigue (voy con otra cita griega, en este caso de Diógenes):  "callando se aprende a oir,  oyendo se aprende a hablar y hablando se aprende a callar"

Título: Extracción de la Piedra de la locura
Autor: El Bosco. Museo del Prado
Uno de los pintores más singulares a lo largo de la historia ha sido El Bosco, o Bosch, nombre con el que firmaba sus obras y que debió a la ciudad en la que  vivió. Singulares y enigmáticas son cada una de sus obras, con un lenguaje personal y dentro de los parámetros de la pintura flamenca.
Los pintores flamencos ya se habían convertido en foco de atracción artística desde finales del gótico internacional. Dos hermanos (Van Eyck) y otros cuantos colegas del momento y la zona adoptan una nueva técnica, el óleo, y trabajaron con formatos de cuadros más pequeños para dar respuesta a las necesidades del momento: una sociedad comerciante en la que había prosperado la burguesía, una clase media bien nutrida que  demandaba cuadros transportables, por eso se pliegan, se doblan: tripticos, vamos, como si fuera posible meterlos en la maleta,  y de temas no religiosos. También les interesaba trabajar en la diferenciación de los personajes, la veracidad de los elementos que aparecen en los cuadros y la conquista del espacio. Esto último, aunque suene a "guerra de las galaxias" o a la NASA, en realidad  es más prosaico, en plan: plaisaje minucioso donde puede verse cada detalle del follaje de los árboles, flores, fauna; apreciar las diferentes texturas de telas, objetos y el tratamiento de la luz. El heredero de este mundillo es El Bosco. La obra que he elegido para comertar  recoge un poco todo eso. Está pintada al óleo, sobre tabla. Con cuatro personajes en primer término, en una pequeña colina desde la que podemos ver un paisaje extenso propio de Flandes y que ".../el docto pintor  ha de saber elegir de la variedad de la Naturaleza aquellas cosas que más conduzcan a su intento". Pues perfectamente elegidas, praderas verdes, la ciudad al fondo, un horizonte muy alto que se confunde con el cielo azul, placidez y tranquilidad que contrasta con la escena del primer témino. El Bosco es una persona, culta, formada y conocedora de los dichos y creencias populares. Una de ellas, mantenida durante siglos consistía en creer que  en el cerebro se formaban unas estructuras minerales, similares a los cálculos renales que presionaban el cerebro, o las neuronas, suponiendo que supiesen  que existían en aquel momento, o vaya usted a saber qué, pero que era el causante directo de que una persona se volviera loca. ¿Qué se podía hacer?, pues fácil... sacar la piedra y volvería el juicio. Eso es lo que están  haciendo aquí. Con guasa nos muestra al pobre labriego, rechoncho, talludito, atado al sillón de operaciones por si le da por salir corriendo y dar un manotazo, entregado a la causa con tal de recuperar la cordura. A la izquierda de éste, el cirujano que realiza al trepanación, con la toga y en lugar del birrete lleva un embudo en la cabeza, símbolo del engaño, de locos, vamos que le está estafando. Por si  no nos queda claro nos lo repite otra vez: la bolsa de dinero está siendo atravesada por un puñal. Se la están clavando mientras el inocente-ignorante dice: porfi, porfi..."Maestro, extraigame la piedra, mi nombre es Lubber Das", esas son las palabras escritas en la orla casi circular que rodea la escena. El nombre significa Tejón Castrado y era un personaje cómico literario, más bien necio; así que, para que a la tercera vaya la vencida una vez más nos dice el personaje: Soy Tonto.
El falso cirujano, timador, trabaja sobre la cabeza del susodicho que nos mira, quizás suplicando compasión, pena, conmiseración, o resignado mientras se pone en manos del loco que saca la flor, un tulipán. Sobre la mesa hay otro, debían ser operaciones rápidas, uno a las 10, otro a las 11, así que la evidencia de que por allí ha pasado ya otro pringado queda en la otra flor similar a la que extrae ahora. La extración de al flor significa al castración. La locura, la mala conducta se arregla castrandole y devolviendole así a los buenos hábitos sociales. ¡Se corta por lo sano! Apoyándose en la mesa hay una mujer contemplando la escena, con un libro cerrado sobre al cabeza de piel roja.
Como si fuera la cosa más normal del mundo, como el que se quita las gafas de sol y se las pone en la cabeza. ¿Qué significa? Pues vaya usted a saber: quizás reperesente a una monja; quizás  la ignorancia, el libro está cerrado;  un guiño de El Bosco a una costrumbre  de las lugareñas a llevar amuletos que guardaban conjuros y remedios tradicionales escritos; la verdadera sabiduría,  una persona anciana, con experiencia, tranquila, que mira con expresión  disgustada (fijate en el rictus de la boca) lo que hace el  joven timador, o representa quizás a aquellos que quieren adquirir la sabiduría rápidamente. Ah vaya, esta interpretación me gusta. Eso sería algo así como estudiar "por ósmosis", el libro sobre la cabeza, para los más vaguetes podría colocarse de almohada mientras duermes y los conocimientos pasarían lentamente, como pequeñas hormiguitas  se irían deslizando las letras desde el interior del libro al interior de la cabeza ¿no?. Vamos, que, como no tuvo el detalle de dejar escrito qué quiso representar, todas son posibles. No cuento más para no aburrir que todavía queda alguna otra interpretación posible. El último personaje es un clérigo que sostiene una jarra de vino metálica, para animar, por si no aguanta la operación, la anestesias del momento, o porque se está tomando una birra mientras ve el espectáculo del día. Las críticas de El Bosco a la iglesia, en un momento en el que está a punto de estallar la Reforma son constantes en sus cuadros.
Un mensaje atemporal, universal y siempre moderno que previene al hombre de supuestos sabios, capaces de curar los males del momento con nuevos remedios y que solo son ladrones. Muy actual



PINTARTE


La Cochinilla, es un tipo de insecto parásito con el que se forma uno de los pigmentos más llamativos: el color rojo de los cardenales. Fue descubierto por los españoles en Mejico en el siglo XVI. El carmín de los pintores se fabricaba a partir de restos de telas ya teñidas de este color. Costaban un huevo así que no se desperdiciaba nada, los retalillos sobrantes inútiles como tejidos se los vendían a los pintores y con paciencia los pulverizaban hasta convertirlos casi en polvo. Si ahora vivimos en la sociedad de usar y tirar, hace unos siglos en la de usar y reutilizar y nada desperdiciar.  A veces los pigmentos salian por el ojo de la cara asi que el reciclado estaba a la orden del día, vamos que era una necesidad más que otra cosa. Paradojas de la vida: mujeres y cardenales están intimamente unidos hasta nuestros días,  a ver si sabes por qué. Costaba mucho dinero y por tanto era un buen negocio, así que los emprendedores del momento vieron una oportunidad para forrarse y al filón que se fueron de cabeza y quienes fueron dichos emprendedores?, pues los cardenales, bueno, más bien los Papas. Paulo II  lo convirtió definitivamente en el negocio papal. Además de llegar a controlar las minas de alumbre, material imprescindible para fabricar el pigmento, proclamó que en adelante las ropas de los cardenales habrían de ser teñidas exclusivamente con kermes, una larva que sale del cuerpo de la hembra adulta, donde han incubado los huevos y que se encuentran en las cortezas de las encinas en paises como España e Italia de propiedades parecidas a la Cochinilla utilizado antes de aparecer esta. Las bellisimas tonalidades del carmín de tonos intensos y violáceos hicieron que fuese imprescindible en la paleta del pintor de la época.  Los empleaba para matizar rojos más brillantes como el bermellón, velar sombras, establecer medias tintas o enriquecer la calidad de los pliegues de las telas y por supuesto, para vestir a los cardenales.
Este mismo producto se sigue utilizando en la actualidad No solo para vestir a los cardenales. Y aquí viene la relación entre estos y las mujeres  que lo utilizan en lápiz de labios, laca de uñas, coloretes para las mejillas, cosmética femenina variopinta. El colorante alimenticio E-120, tambien sale de aqui, nos lo comemos en yogures, helados o chuches, esas que son casi adictivas.
Retrato de Inocencio X. Velazquez

IMAGINARTE



"Música, compañera de la alegría y medicina para los dolores" es la frase que podemos leer en latín en el clavicémbalo virginal o espineta en el cuadro del Vermeer "Dama Virginal y caballero, o La Lección de música"
Este, como casi todos los cuadros del pintor,  nos dejan con una sensación de misterio ante las cosas que se esconden en la obra. El espectador es una parte importante de la composición,  puede imaginar parte de lo que allí sucede.
Los protaganistan están al fondo de la habitación, separados de nosotros por lo irrelevante: una mesa, una silla y una viola de gamba abandonada en el suelo. ¿Por qué está tirada en el suelo?, ¿Quién es el caballero que canta junto a la dama?, algunos dicen que su profesor de música quien va marcando el tiempo con el bastón. De ser así, ¿por qué lleva una daga colgada en el cinturón? El rostro de la mujer está reflejado en el espejo pero no podemos ver con claridad su expresión, la figura principal  nos da la espalda. El espejo muestra otro detalle, una parte del caballete del pintor.
Este juego de espejos lo hará de manera espectacular poco después Velázquez en las Meninas. También lo tiene en la Venus del espejo. La pintura flamenca es una pintura costumbrista, retazo de realidad, de vida cotidiana. A esta pintura se la llama pintura de género, entonces se la conocía simplemente como pintura moderna. Cuando una pareja aparece tocando instrumentos musicales suele significar buen rollito, buen feeling. La armonía musical equivale a amor espiritual o placer sexual. Aquí no queda clara cuál es la relación entre los personajes: ¿profesor-alumna, dos enamorados, se han peleado y están reconciliandose?. Algo pasa, pero no tenemos claro qué es. El jarro blanco que hay sobre la mesa podría aludir a uno de los medios utilizados por los amantes para conseguir su fin: el vino. El efecto de perspectiva es otro de los grandes logros conseguidos en la pintura. La disposición escalonada de los elementos junto a la bicromía de las baldosas del suelo son fundamentales para ello. La mesa con el rico y suntuoso mantel o tapiz  hace de barrera con el espectador. No es un mero cambio de gusto  el que se produce aquí. Los colores se aplican casi a la manera puntillista, con pincelas cortas y  pequeñas. Es un momento en el que los salarios suben, nobleza y burguesía no tienen fronteras muy definidas, la prosperidad económica hace que muchas familias puedan comprar un cuadro. Los artistas no están sometidos a los mecenas, por lo que hacen lo que les viene en gana.  Es el mercado quien impone gustos y formatos, una concepción del arte absolutamente contemporánea pero extraña en su tiempo fuera de esta región. Las obras se hacen pequeñas para poder transportar, vender e instalar en casas más pequeñas que las de la nobleza. Algunos artistas como Gerrit Dou se permiten el lujo de rechazar puestos en la corte. ¿para qué soportar los caprichos del rey si tiene clientes que le permiten vivir estupendamente haciendo lo que quiere?. 
Vermeer, olvidado durante mucho tiempo  tiene  la particularidad de hacer del interior de las casas de la burguesía un cosmos ordenado a la vez que un laberinto apasionante en el que zambullirse  entre escenas de galanteo, lecturas de cartas, lecciones de música. Su pintura no se limita solo a informarnos de lo que sucede en el interior de la casa, nos invita a mirar para descubrir. El constumbrismo no es nuevo. los pinceles de Brueghel  cien años atrás ya relataron ferias, bodas, fiestas, ahora se amplian los ecenarios bajo el pretexto de la moralidad: cocinas, talleres, tiendas, pero tambien aquí lo que más tira es una escena de una buena borrachera, bailes ordinarios, casi oscenos o formas de sedicir burdas. Los pintores holandeses del XVII se convierten así en auténticos cronistas de época, mostrando una sociedad imperfecta pero satisfecha de sí misma. Por último un pequeño detalle para entender la minuciosidad y precisión de estas obras se debe a la utilización de la cámara oscura con la que podían proyectar una escena sobre una pared o lienzo y captar la instantanea del momento y dejarla congelada en el tiempo. Lo que hará la fotografía un par de siglos después.  

ATRACARTE

"Que no le sea impedido llevarse cualquier pedazo de piedra con inscripciones y dibujos"  y se llevó 15 metopas, 56 fragmentos del friso, las estatuas que quedaban del frontón, una cariatide del Erecteion, cuatro fragmentos del friso del templo de Atenea Niké... vamos lo que encontró de valor en la acrópolis de Atenas y pudo cargar con ello. En un pis pas, desmontó frisos, metopas y capiteles, embaló los mármoles en 200 cajas y salió por patas, o por aletas, viento en popa a toda vela, en barco, rumbo a la Gran Bretaña.
"Pero si yo me refería a las piedras que encontrases en las excavaciones, no a las obras que adornasen los templos"
"Hay que pensar que, aún siendo ilegal el acto, hemos salvado las estatuas de los daños que en las décadas anteriores habían sufrido en Atenas y las han arruinado prácticamente". Un atraco de lujo, que ni los Pink Panter ahora casi lo superan (3 minutos, 3 millones de euros en diamentes en Dubai y salen escopetados con el coche más potente, ni un muerto, ni una huella y el paraiso esperando, chapó). Este asalto fue a la inglesa, elegantemente, como salvadores de la patria.


La costumbre de los jóvenes europeos acomodados de hacer un tour durante un año o dos, algo así como un interrail pero elegante y sin prisas, llevó a  Lord Elgin a poner los ojos en la acrópolis ateniense, bueno exactamente mandó un emisario porque él andaba por Turquía.  Pero la culpa en realidad la tuvo  el arquitecto Thomas Harrison, tanto comerle la oreja con las maravillas griegas mientras le construía su chocita  en el campo entre salto y salto de mata en sus cortejos a Mary Nisbet que terminó comiéndole, además de al oreja,  el tarro y a ello fue.
Antes, Morosini había intentado llevarse a Venecia las estatuas del frontón del Partenon, pero estas terminaron hechas añicos al partirse la polea con la que se estaban bajando, menos una cabeza que acabó curiosamente en lugar de en Venecia, en el parisino museo del Louvre. Y como el joven Elgin vio que estaban mugrientas, es decir, con una pátina oscura que incluía restos de la policromía que aplicaron los artistas de la Antigüedad  y lo que el tiempo, los siglos, añadió por su cuenta, a lo que se unió golpes y desconchones del camino le propuso a Antonio Cánovas, escultor importante del momento, que "restaurara" lo que había desaparecido y lo adecentara, a lo que este contestó: " Sería un sacrilegio que yo o cualquier otro pensara en tocar estos mármoles con un cincel".
Así que las colocó como mejor le pareció en una casa junto a Picadilly y dió una fiesta  privada a sus amigos, artistas e intelectuales del momento para que dijeran, pero que super guay eres tio. Has salvado a la humanidad con esto que has hecho. La cosa se fue torciendo, que si la mujer se buscó un amante y el divorcio le salió carísimo y decidió venderselo  a la corona británica. No todos los ingleses estaban de acuerdo. Lord Byron alzó su voz para denunciar el expolio. Le acusó de haberse comportado como un autentico Alarico, pero nada, ahí siguen, como un icono en el museo británico por más que los griegos las sigan reclamando y hayan hecho un museo de la acrópolis con una sala  que recoge las réplicas de las que se quedaron los ingleses.
Es cierto que el expolio de obras de arte fue desgraciadamente frecuente en el S. XIX. Aquí en España también sabemos mucho de eso desgraciadmamente. La Guerra de la Indpendencia, la Guerra Civil, franceses, ingleses, alemanes, americanos y los desalmados que les importa poco. Hemos llegado al siglo XXI y aún vemos una crucifixión de El Greco como se remata en una galería londinense por 4 millones de euros. El expolio sigue.... mås e época de crisis.

"Hay puñales en las sonrisas de los hombres, cuanto más cercanos son más sangrientos".  Esto lo escribió Shakespeare.

La historia está llena de traiciones que han acompañado al hombre desde sus orígenes, de hecho, quien no haya tenido alguna en su vida que tire la primera piedra. Pero yo no voy a hablar de traiciones, lo que quiero es contar qué es lo que pintó Leonardo Da Vinci en la Ultima Cena. Si traigo a colación el tema es por dos razones. La primera está relacionada con el dibujo que hoy os enseño arriba, del que no tengo que explicar nada y, la segunda, uno de los personajes más enigmáticos relacionados con la vida de Jesús: Judas Iscariote. Luego os cuento su historia, antes la de La Última Cena y algunas curiosidades del humanista.
Como otros artistas, Miguel Ángel por ejemplo, tuvo más de una decepción en su carrera artística. Durante un largo tiempo puso todo su empeño en un proyecto que le permitió aunar dos facetas importantes de su vida, la de artista y la de ingeniero en proyectar una colosal escultura ecuestre de su mecenas el duque Sforza (ya hablé en otro artículo aquí de Bianca Sforza). Pasó una buena temporada hasta reunir 70 toneladas de bronce para ello pero, por una cuestión práctica más que otra cosa, el duque decidió que el mejor uso que podía tener aquel metal en un momento donde las cosas se ponían feas con la invasión de las tropas de CarlosVIII (rey francés) era para construir espadas  y cañones y cosas así, así que el gozo en un  pozo. En carnes propias se anticipó a lo que John Lenon cantaba en Beutiful Boy: Life is what happens to you while you are busy making other plans.
Mira tu por donde, poco después recibió otro encargo, pintar un fresco en la iglesia milanesa de Santa María de Gracia. Por este encargo que le llevó aproximadamente 4 años de trabajo el duque Ludovico debió pagar unos dos mil ducado,  más o menos lo que costaba una casa en Florencia a orillas del río.
Como buen humanista pasó un tiempo investigando  y estudiando como ejecutar el tema y sobre todo buscando modelos para las caras de cada uno de los  personajes: Jesús y los apóstoles. De izquierda a derecha están representados: Bartolomé, Santiago el Menor, Andrés, Pedro, Judas, Juan, Jesús, Tomás, Santiago el Mayor, Felipe, Mateo, Judas Tadeo y Simón, ordenados en grupos que conversan con gestos, miradas, manos y dentro de una composición geométrica bien estudiada dispuesta en un interior que se abre en ventanales al fondo y cuyo punto de fuga se sitúa sobre la cabeza de Jesús. Los pies de Jesús desaparecieron porque a algún iluminado se le ocurrió que debajo debía haber una puerta y en su búsqueda se los llevó por delante. Entre los enigmas que plantea la obra algunos citan que la figura de la derecha de Jesús no es la de Juan sino la de María Magdalena. Cerca de Pedro parece haber una mano que porta un cuchillo, pero, ¿a qué cuerpo pertenece?

Algunos de los rostros se sabe que fueron tomados del natural, lo cuál formaba parte de su hacer cotidiano para sus obras. Esto ha dado pie a una nutrida leyenda en torno al enigma de la obra. Giraldi cuenta una curiosa historia sobre el origen de la cabeza de Judas. Parece ser que el duque le llamó un día a Leonardo para ver cuando iba a terminar al obra a lo que él contestó: "me queda aún por hacer la cabeza de Judas, que, como es bien sabido, fue el más grande de los traidores y, por tanto, ha de ser pintado con un rostro que exprese toda su maldad.../ pero hasta hoy, no he hallado uno solo que me parezca apropiado .../ y si finalmente resultara que no lograra encontrar a nadie tendré que recurrir al rostro del reverendo padre prior. Este por cierto se había quejado  en varias ocasiones de la lentitud con la que ejecutaba su obra. ¿Fue una venganza a la manera de Miguel  Ángel en la Capilla Sixtina? donde pintó al maestro de ceremonias  del Vaticano como Minos, Juez del Infierno, con orejas de burro y rodeado de demonios, quien sabe... La queja del prior se basaba  en aquellos días que veía al pintor  con los brazos cruzados delante de la obra, contemplando a los personajes.
En la mesa se ven los restos de la cena. Sobre un mantel de lino la vajilla de petrel, las copas transparentes  con los restos del vino consumido, la hogaza de pan, las rodajas de naranja y una anguila troceada, lo que nos indica los gustos personales y de la época con lo que introduce la nota realista además de los símbolos propios de la eucaristía: pan, vino o pescado.
Por último quería explicar porqué el fresco  está en tan malas condiciones. No pintó directamente sobre el yeso, lo que era habitual en esta técnica. Su innovación consistió en añadir una capa de albayade sobre el yeso lo que le permitía pintar más despacio, pero pronto se comprobó que el método había fallado y pronto se agrietó la capa y arrastró la  pintura con ella.
En cuanto a la figura de Judas Leonardo lo representa siguiendo la tradición, con rasgos maléficos. Con su mano derecha sujeta la bolsa que guarda las 30 monedas que le han pagado por la traición y con la izquierda tiende a coger algo del mismo plato que Jesús (ojo al dato, es zurdo). Todo un mundo escondido en una de las obras más maltratadas por el tiempo pero a la vez más enigmáticas. El evangelio de Mateo habla de su traición por dinero; el de Lucas habla de que el demonio lo poseyó; el de Juan dice en boca de Jesús "uno de vosotros me traicionará". El nombre de Iscariote puede derivar de "sicarius". Los sicarios eran activistas urbanos dentro del grupo de los Zelota quienes usaban un puñal corto (sica es una palabra latina que significa cuchillo corto). Simboliza quizás la mezquindad humana de la que todos podemos ser víctimas y verdugos.