EXPATRI-ARTE

PATRIA, de Fernando Aramburu es uno de los últimos libros que he leido.
Francamente bueno y recomedable, con numerosos ejemplos humanos e inhumanos descritos de una manera impecable. Aborda un tema central: La lucha armada de ETA y muchos otros paralelos: Magistral la descripción de la grieta social producida en el País Vasco, el tratamiento del otro cuando se le cataloga de contrario, verdades absolutas sin matices, estar conmigo o contra mi, el amor y el odio. No pretende ser conciliador con la historia, ni dar consuelo o explicación, simplemente se limita a situarnos ante unos personajes, dos familias unidas por una amistad, de ideologías contrapuestas, cuyos personajes narran de forma excepcional su día a día, sus miserias y sus flaquezas, sin entrar en juicios. Un espejo ante el que mirarnos y valorar cuestiones como los silencios, la cobardía, el qué dirán, las ideologías, la sinrazón, todo aquello que termina destruyendo relaciones y vidas. La errática búsqueda del perdón es otro de los temas centrales. El mejor camino para el perdón universal es argumentar que todos tenemos culpa por lo que nadie es culpable, olvidando que el universo, el mundo no tiene problemas, lo tenemos las personas. Aparecen personajes prototipo: El manso, sensible, que manifiesta de forma líquida sus emociones saliendo incontrolables por el lagrimal en ciertas ocasiones. El temperamental extrovertido, practico, egoista, ansioso de resultados, con poco cerebro y mucha testosterona. Amplia gama de persoanjes en la que es fácil confundir ovillos y madejas, galgos y podencos, con esos amigos que ante una situación complicada escapan hacia, miran para, se esconden de. La sociedad cerrada se enfrenta a otra más abierta., la lucha armada y los encarcelados a las víctimas, los buenos a los malos.Una sociedad patriarcal que en el pequeño círculo familiar  son las etxekoandreak, amas de casa, quienes hacen y deshacen, quienes procuran guardar los valores de la unidad familiar, dos mater familia que llevan el peso de la narración, dos madres simbolos del matriarcado vasco. Atentados, extorsiones, soledad, bullying, resistencia, kale borroca y torturas, dispersión de presos, sufrimiento, dolor, dolor, dolor...
 Juega con un estilo donde lleva al lector a constantes saltos en el tiempo haciendo que el relato sea ágil y cercano al gran público: capítulos breves que adoptan la unidad como si de un cuento se tratara en los que  el hilo conductor son las emociones no el tiempo. No sabemos quien cuenta la historia en primera persona con frases cortas, casi telegráficas a veces. Combina diálogos muy expresivos, coloquiales, en los que aparece el castellano hablado en la zona "vasquismos", con los verbos en condicional, que sustituye al pretérito imperfecto de subjuntivo "si tendría", combinado con palabras en euskera, pocas para ser familias vasco parlantes ¿no?, con los pensamientos más elaborados donde muestra un estilo más formal y depurado. Una obra en definitiva que explica algo del mundo que nos ha tocado vivir, a muchos desde el sofá, en la pantalla del televisor, a otros en primera persona, o que simplemente nos hemos encontrado hoy.